domingo, 4 de diciembre de 2011

A 45 años de la muerte de un golpista (Che Guevara)

 A 44 años de la muerte de un golpista

 Por Agustín Laje (*)

El 9 de octubre del 2011 se cumplen 44 años de la muerte de Ernesto Che Guevara, el desenfrenado homicida que, convertido en héroe por la mitología izquierdista, pasó a ocupar un lugar en el corazón de quienes ni siquiera saben en concreto quién fue ni qué hizo.
Guevara fue fusilado en Bolivia intentando hacer un golpe de Estado contra el gobierno constitucional del carismático René Barrientos, elegido por el pueblo como presidente en julio de 1966. Naturalmente, la guerrilla guevarista −compuesta por un puñado de agentes extranjeros que al mando del Che se habían entrenado en Cuba durante tres meses− no logró captar la adhesion ni simpatía del campesinado boliviano, sino todo lo contrario: experimentó el más rotundo rechazo por parte del sector en cuestión, e incluso el Partido Comunista Boliviano negó también su apoyo a la expedición foránea. Tanto es así que el terrorista Guevara anotará en su Diario de Bolivia al respecto: “La base campesina sigue sin desarrollarse aunque parece que mediante el terror planificado, lograremos la neutralidad de los más, y el apoyo vendrá después”.(1)

Además de haber sido elegido democráticamente, vale agregar que Barrientos tenía sus raíces en el campesinado que los propios guerrilleros pretendían cooptar o conquistar, y como Presidente había apoyado decididamente a los sectores humildes construyendo caminos, escuelas y hospitales junto al Ejército. Por su parte, en los años ´50 durante la presidencia de Paz Estenssoro se le había concedido amplias tierras a los campesinos, lo que hacía de las promesas guevaristas de “reforma agraria” (reivindicación tradicional marxista e instrumento de movilización campesina) un completo absurdo, propio de la improvisación que caracterizó al guerrillero de marras.
En su aventura golpista, la guerrilla de Guevara acabó nada menos que con la vida de 49 bolivianos.(2) 

Los campesinos pasaron rápidamente de la indiferencia a la delación, colaborando así con el Ejército en el combate contra los invasores extranjeros imperialistas (“la masa campesina no nos ayuda en nada, y se convierten en delatores” escribirá el Che en el citado diario). Así pues, Guevara será finalmente capturado el 8 de octubre gracias a la denuncia de un campesino, y fusilado al día siguiente.
Lo de Bolivia, en rigor de verdad, no fue la primera intentona golpista de Guevara. Años antes, el Che había comandado a la distancia el llamado Ejército Guerrillero del Pueblo cuyo comandante segundo fuera Jorge Masetti y, desde la provincial de Salta (Argentina), intentara crear las condiciones para derrocar en 1964 al gobierno radical de Arturo Illia. De nuevo, sus víctimas provenían de sectores humildes: campesinos salteños.(3)

Curiosamente, mientras hoy el imperialista Ernesto Guevara adorna con su rostro la “Galería de los héroes del bicentenario” inaugurada por el kirchnerismo, al mismo tiempo el cocalero Evo Morales lo reivindica sin vacilar, haciéndose el distraído respecto a los 49 compatriotas bolivianos que el guevarismo ultimó.


Fuente


Notas

(1) Guevara, Ernesto. Escritos y discursos (tomo 3: Diario de Bolivia), p. 115.
(2) Ver Márquez, Nicolás. El canalla. La verdadera historia del Che. Buenos Aires, Edivérn, 2009.
(3) Ver Laje Arrigoni, Agustín. Los mitos setentistas. Mentiras fundamentales sobre la década del `70. Buenos Aires, Edivérn, 2011, p. 76

(*) El autor tiene 22 años, es estudiante de Ciencia Política, miembro de la Red de Escritores “Plumas Democráticas” y autor del libro “Los mitos setentistas”.

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